Bolivia. - Documental que trata sobre un grupo de luchadoras bolivianas que deciden tomar las riendas de su trabajo y fama.
Christian Del Moral: ¿Puedes hablar sobre el ensayo fotográfico que te inspiró la realización de Mamachas del Ring?
Betty M. Park: Estaba viajando como turista entre Perú y Bolivia, y mientras esperaba en el aeropuerto para regresar a Nueva York, observé esta revista medio cool e interesante llamada Etiqueta Negra. Comencé a hojearla y de repente me encontré con unas imágenes fascinantes de unas cholitas luchando con su vestimenta tradicional. Me había acostumbrado a verlas caminando por las calles de Bolivia, pero verlas volando en medio del cuadrilátero, fue de verdad increíble. Desde ese momento, mi imaginación fue conquistada por completo. La idea de hacer el documental fue casi inmediata. Por cierto, el fotógrafo que tomó las imágenes, Noah Friedman-Rudovsky, es un estadounidense que vive en Bolivia,y quien solía vivir en el mismo barrio de Brooklyn donde ahora resido. Noah jugó un importante papel en ayudarme a establecer contacto con las luchadoras.
CD: ¿Fue difícil que las Mamachas se unieran al proyecto?
BP: De hecho, las Mamachas desde el principio fueron muy receptivas para ser filmadas. Dado que son artistas en el fondo, creo que en general disfrutan de la atención de los medios de comunicación. La parte más difícil, como en cualquier relación, fue conocerlas a un nivel más allá de su persona pública y establecer esa confianza personal en donde se sintieran lo suficientemente cómodas para dejarme entrar a sus vidas privadas.
CD: La parte animada del filme es bastante novedosa, ¿qué te motivó a entrar en ese formato?
BP: Siempre estoy buscando la forma de ser creativa con mi narrativa, y desde hace tiempo la animación ha sido algo que me ha interesado. Para este documental, la inspiración del estilo y la idea surgieron de estas muñecas cholitas hechas a mano que me había encontrado durante mi viaje a Bolivia. Eran tan lindas y representaban ese encanto de la vestimenta cholita (pollera, manta y el sombrero) que deseaba incorporarlas de alguna manera. Sin embargo, al final trabajamos con la técnica de animación con plastilina porque las muñecas no eran lo suficientemente flexibles para ser manipuladas, pero el concepto nació a partir de las muñecas.
CD: ¿Qué preparativos llevaste a cabo antes de comenzar a filmar y si aprendiste español?
BP: Fueron entre cinco meses, contando desde la primera vez que viajé a Bolivia y supe de las luchadoras hasta cuando regresé para filmar. Durante este tiempo traté de aprender lo más que pude de español, cada semana hablaba por teléfono con ellas y trabajé en la reunión de los fondos económicos para este proyecto.
CD: ¿Hubo desafíos qué no habías anticipado?
BP: Creo que había nuevos retos todos los días, pero el mayor llegó a cuatro días de partir a Bolivia. Un amigo de otro amigo acordó filmar el documental, ¡pero abandonó el proyecto cuando supuestamente nos iríamos! Me fui a Bolivia con la idea de que si no encontraba allá a un DP (director de fotografía), lo haría yo misma. Afortunadamente me encontré con Alex, quien puso mucho de su parte en el film. ¡No me imagino haberlo hecho sin él!
CD: ¿Cómo conseguiste las canciones de Juana Molina para este filme?
BP: Me encanta la música de Juana Molina y durante el proceso de edición descubrí que su sonido quedaba bastante bien en los momento más íntimos de Carmen. Contacté a su casa disquera, Domino Records, quienes tuvieron la amabilidad de conceder el permiso para usar la música de Juana para este documental.
CD: ¿Cómo mujer, qué tenías en común con ellas?
BP: Creo que la historia de Carmen Rosa es la de muchas mujeres (incluyendo a mí) en varias partes, quienes tienen cierta pasión por su trabajo o arte y están constantemente forzadas a balancear eso con sus relaciones y obligaciones de su vida diaria. En muchas ocasiones, esta presión es única por ser mujer, ya que las expectativas para los hombres son diferentes, según la sociedad moderna en que uno viva. Y a un nivel más personal, me identifico con su lucha viviendo en una sociedad particularmente machista, porque tuve que enfrentarme a eso cuando estaba creciendo en un hogar coreano-americano. Mis padres llegaron de Corea, y mantuvieron muchos de los valores tradicionales que dominaron aquella sociedad. Siempre he luchado por hacer lo que he querido, en especial cuando eso no encaja dentro de lo que se considera aceptable para las mujeres. - Cinelatinony. -
Christian Del Moral: ¿Puedes hablar sobre el ensayo fotográfico que te inspiró la realización de Mamachas del Ring?
Betty M. Park: Estaba viajando como turista entre Perú y Bolivia, y mientras esperaba en el aeropuerto para regresar a Nueva York, observé esta revista medio cool e interesante llamada Etiqueta Negra. Comencé a hojearla y de repente me encontré con unas imágenes fascinantes de unas cholitas luchando con su vestimenta tradicional. Me había acostumbrado a verlas caminando por las calles de Bolivia, pero verlas volando en medio del cuadrilátero, fue de verdad increíble. Desde ese momento, mi imaginación fue conquistada por completo. La idea de hacer el documental fue casi inmediata. Por cierto, el fotógrafo que tomó las imágenes, Noah Friedman-Rudovsky, es un estadounidense que vive en Bolivia,y quien solía vivir en el mismo barrio de Brooklyn donde ahora resido. Noah jugó un importante papel en ayudarme a establecer contacto con las luchadoras.
CD: ¿Fue difícil que las Mamachas se unieran al proyecto?
BP: De hecho, las Mamachas desde el principio fueron muy receptivas para ser filmadas. Dado que son artistas en el fondo, creo que en general disfrutan de la atención de los medios de comunicación. La parte más difícil, como en cualquier relación, fue conocerlas a un nivel más allá de su persona pública y establecer esa confianza personal en donde se sintieran lo suficientemente cómodas para dejarme entrar a sus vidas privadas.
CD: La parte animada del filme es bastante novedosa, ¿qué te motivó a entrar en ese formato?
BP: Siempre estoy buscando la forma de ser creativa con mi narrativa, y desde hace tiempo la animación ha sido algo que me ha interesado. Para este documental, la inspiración del estilo y la idea surgieron de estas muñecas cholitas hechas a mano que me había encontrado durante mi viaje a Bolivia. Eran tan lindas y representaban ese encanto de la vestimenta cholita (pollera, manta y el sombrero) que deseaba incorporarlas de alguna manera. Sin embargo, al final trabajamos con la técnica de animación con plastilina porque las muñecas no eran lo suficientemente flexibles para ser manipuladas, pero el concepto nació a partir de las muñecas.
CD: ¿Qué preparativos llevaste a cabo antes de comenzar a filmar y si aprendiste español?
BP: Fueron entre cinco meses, contando desde la primera vez que viajé a Bolivia y supe de las luchadoras hasta cuando regresé para filmar. Durante este tiempo traté de aprender lo más que pude de español, cada semana hablaba por teléfono con ellas y trabajé en la reunión de los fondos económicos para este proyecto.
CD: ¿Hubo desafíos qué no habías anticipado?
BP: Creo que había nuevos retos todos los días, pero el mayor llegó a cuatro días de partir a Bolivia. Un amigo de otro amigo acordó filmar el documental, ¡pero abandonó el proyecto cuando supuestamente nos iríamos! Me fui a Bolivia con la idea de que si no encontraba allá a un DP (director de fotografía), lo haría yo misma. Afortunadamente me encontré con Alex, quien puso mucho de su parte en el film. ¡No me imagino haberlo hecho sin él!
CD: ¿Cómo conseguiste las canciones de Juana Molina para este filme?
BP: Me encanta la música de Juana Molina y durante el proceso de edición descubrí que su sonido quedaba bastante bien en los momento más íntimos de Carmen. Contacté a su casa disquera, Domino Records, quienes tuvieron la amabilidad de conceder el permiso para usar la música de Juana para este documental.
CD: ¿Cómo mujer, qué tenías en común con ellas?
BP: Creo que la historia de Carmen Rosa es la de muchas mujeres (incluyendo a mí) en varias partes, quienes tienen cierta pasión por su trabajo o arte y están constantemente forzadas a balancear eso con sus relaciones y obligaciones de su vida diaria. En muchas ocasiones, esta presión es única por ser mujer, ya que las expectativas para los hombres son diferentes, según la sociedad moderna en que uno viva. Y a un nivel más personal, me identifico con su lucha viviendo en una sociedad particularmente machista, porque tuve que enfrentarme a eso cuando estaba creciendo en un hogar coreano-americano. Mis padres llegaron de Corea, y mantuvieron muchos de los valores tradicionales que dominaron aquella sociedad. Siempre he luchado por hacer lo que he querido, en especial cuando eso no encaja dentro de lo que se considera aceptable para las mujeres. - Cinelatinony. -
Fuente Memoria Documental
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